Historias Reales de seguidores ( en formato escrito) Part 1
Bienvenidos sean a este blog, el cual tiene el fin de relatar ( en formato escrito) las escalofriantes historias del podcast que va más allá de tus pesadillas.
"EL ANTIPODCAST"
Pueden decir
mi nombre porque no tengo nada que temer, me llamo Alma María López, tengo 57
años, y sigo su canal, no sé si esta historia sea paranormal, pero me gustaría
contar sé las, perdonen a esta vieja por las faltas de ortografía.
A pesar de
que tiene muchos años, aún no entiendo, qué fue lo que pasó, esto sucedió más o
menos en 1964 yo vivía con mis papás en sonora, éramos cinco hermanas, yo era
la mayor. Mi papá había perdido su trabajo en la fábrica de textiles, nunca
habíamos estado tan mal, traíamos zapatos rotos y dormíamos los 7 partidos en
dos camas, todo estaba cada vez peor, para esto, yo tenía y todavía tengo
familia en Estados Unidos.
Una de las
dos hermanas de mi papá, vivía en Tijuana, cuando mi mamá le pidió ayuda
económica, a esta hermana para comprarnos comida ropa y cosas que de verdad nos
hacían mucha falta mi tía, si mandó algo de dinero, pero le dijo a mi mamá, que
podía cuidar a una de sus hijas y darle techo y comida temporal, hasta que las
cosas mejorarán y así podría gastar menos, mi mamá dijo que no, y que prefería
cuidarnos ella misma, sin embargo mi papá tuvo una hernia abdominal, por cargar
tantas cajas pesadas en los mercados y así sacará para la comida, trabajaba
muchísimo, pero su cuerpo ya estaba pagando las consecuencias, como ya no podía
trabajar lo mismo, las cosas empezaron a ir peor por lo que mi mamá, decidió
llamar a mi tía de la que les hablé anteriormente para saber si la oferta
seguía en pie.
Mi tía dijo
que sí podía aceptar a una de nosotras para irse con ella y que no le faltaría
nada, pero las cosas se empezó a poner rara, cuando le dijo a mi mamá, que se
asegurara de enviar a una hija de sangre de mi papá, en realidad todas éramos
hijas del matrimonio de mis papás, pero ¿por qué mi tía insistiría en esa
característica?
Mi mamá nos
miró por tanto tiempo a la hora de la comida y decidió enviar a mi hermana
Lucy, era la más chiquita tenía cuatro años y había nacido sorda, tampoco podía
hablar, por la falta de dinero nunca la llevaron al doctor, más que una vez me
acuerdo que mis papás estaban muy tristes. Mi papá dijo que yo fuera con Lucy y
con mi tía, porque mi tía, a la cual de ahora en adelante me referirá, como Tía
Cleotilde, tenía literalmente costumbres muy raras.
Nunca
pregunté a qué se refería, yo tenía 12 años, y casi siempre era quien cuidaba a
mis hermanitas, nos llevaron a la central camionera y nos subimos al camión
hasta Tijuana, cuando llegamos había un hombre de ropa casual con un cartel que
decía “Lucía aquí estoy”, recuerdo que el hombre tenía una expresión muy rara,
como desencajada, como si no quisiera estar ahí, nos acercamos a él mi hermana
había llorado todo el viaje, nos subió a una camioneta y después de media hora,
llegamos a unos departamentos muy viejos, pero muy cuidados, mi tía vivía en el
33.
El hombre
nos bajó de la camioneta, y nos dijo “Es en el 33” esas fueron todas las
palabras que nos dijo desde que lo vimos, hasta que nos bajamos no vimos a
nadie, pero en cuanto bajamos el señor de la camioneta arranco y no lo volvimos
a ver, tomé a Lucy y de la mano, y subimos unas escaleras largas y blancas vi
que había como otros 40 apartamentos, todos se parecían eran en total 3
edificios y cada uno tenía un sótano común, muy amplio, finalmente llegamos al
33
Toque la
puerta y abrió una señora muy blanca y delgada con una bata encima, traía un
cigarro en la mano y el pelo muy en remo lado, de un momento a otro me abofeteó
en la cara, tan fuerte que me derribó al piso, me sentía mareada y quería
llorar miré a Lucy, y estaba muy asustada, pero no se movía, la señora muy
enojada dijo “Pensé que solo mandarían a una”, recuerdo muy bien sus palabras a
pesar de estar tan confundida, en ese momento cargo a Lucy y me levanté, la
señora se metió con Lucy en brazos y yo me metí detrás de ellas con nuestras
mochilas.
Recuerdo
tanto ese golpe porque sentía la mejilla caliente y recuerdo que esa mujer
traía un anillo metálico, porque me lo dejó marcado en la cara, los días pasaron
y siempre tenía actitudes nefastas conmigo, me daba de comer muy poco, siempre
me estaba empujando y por eso cuando llegaba yo a oír sus pasos mejor me
escondía, para que no fuera a pegarme, una vez nos dio la comida de sus gatos,
servirá en un plato para las dos, en ese momento no sabíamos que era comida de
su animal, sino hasta tiempo después, pero las cosas se empezaron a poner aún
más raras, porque todas las noches Cleotilde salía, y regresaba hasta la mañana
siguiente, vestía siempre de negro y siempre llevaba un libro muy grande que
tenía un candado en la portada, recuerdo perfectamente el candado y la portada,
porque una vez quise tocar su textura.
Cleotilde me
vio, me tomó por el brazo y me llevó a un sótano a los apartamentos de su
edificio en común, y que estaba lleno de cajas, ahí me dio una golpiza con un
cable, me ardía la piel, me decía que era una basura y yo me quedaba llorando
en el piso, de vez en cuando mis papás llamaban y Cleotilde les decía que no se
preocuparan y que estábamos bien, claro que no estábamos bien, pero yo prefería
que mis otras hermanas tuvieran que comer, que regresar a casa y pasar hambre
todos de nuevo, así que siempre que yo hablaba con mis papás, les decía que las
dos estábamos muy contentas y que todo estaba bien
Cuando
colgábamos mi tía siempre empezaba a decir que mis papás no nos querían, y que
por eso nos habían regalado, que nunca íbamos a volver, porque preferían a mis
otras hermanas, gracias a dios, Lucy no escuchaba esas cosas horribles, todas
las noches Cleotilde salía siempre de negro, siempre con su libro, una vez,
tenía tanta curiosidad de ver qué hacía en las noches que decidí levantarme muy
temprano y verla llegar, lo que vi me dejó traumatizada de por vida, me escondí
detrás de un sillón verde que tenía muchas carpetas encima y periódicos
empolvados y esperé a que abriera la puerta del apartamento.
Cuando entró
casi grito del susto, Cleotilde tenía todo su vestido lleno de sangre, era
muchísima, le llegaba hasta la cara, tenía las manos cubiertas y sus uñas
largas también, pero venía murmurando algo y sonriendo como extasiada, se
acariciaba la cara y tenía los ojos muy, pero muy abiertos, dejó la puerta sin
seguro, y se fue de inmediato hasta su cuarto, no paraba de murmurar esas
palabras raras, no era español, ni era inglés, era algo raro que decía en voz
muy baja, hasta soltar una risotada.
Se encerró
junto con su libro en su cuarto, yo no sabía qué hacer y quise asomarme por la
ventana, pero decidí salir por la puerta que no tenía seguro, para ver, me di
cuenta de que, el sótano de los apartamentos de enfrente, iban saliendo otras
mujeres vestidas muy parecido a Cleotilde, todas de negro y con sus vestidos
llenos de sangre exactamente como mi tía, todas tenían una expresión muy rara,
como si estuviesen muy felices, pero no una felicidad buena, como extasiadas,
iban haciendo una especie de rezo que yo no conocía, me di cuenta que esas
palabras eran muy parecidas a las que mi tía estaba murmurando antes, me dio
tanto miedo que fui a nuestro cuarto y abracé a Lucy que todavía estaba dormida
mi mamá me había enseñado a rezar la oración de la magnífica y la empecé a
rezar para que nuestra virgen maría nos cuidará de esa mujer que solo dios,
sabía que estaba haciendo.
Cleotilde se
levantaba hasta tarde, preparaba yo de desayunar, comer y cenar, nunca supe
dónde salía el dinero, pero a veces encontraba fajos de billetes, como si no le
importara tener dinero o no, porque la verdad es que le sobraba el dinero todas
las noches tenía la misma pesadilla, que esas mujeres venían por nosotras y
siempre me despertaba para rezar, una vez me desperté, y en medio de la
oscuridad, vi que Cleotilde estaba parada de frente a nuestra cama viendo
dormir a Lucy, no le quitaba la mirada de encima, tenía su vestido negro y sus
asquerosas uñas mugrientas, me quedé helada, pero trate de no hacer ruido y de
que se diera cuenta de que yo estaba despierta, empecé a rezar en mi mente,
entrecerré los ojos para ver si seguía ahí, y vi que le estaba oliendo el pelo
a Lucy y se lamió los dedos.
Yo podía
sentir su respiración en la cara, creo que nunca he pedido nada a Dios con más
fe que esa noche, tocaron la puerta en ese momento y sentí como la mujer se
alejó y se fue en esa dirección, estoy segura de que fue nuestro señor que
intervino por nosotras se fue a su culto, pero yo aún no podía moverme recuerdo
que me oriné del miedo que tenía, cuando escuché que Cleotilde cerró la puerta,
espere unos minutos y me levanté cambié las sábanas despertando a Lucy y busqué
por todo el apartamento, algún crucifijo o imagen de nuestro señor para rezarle
desesperadamente y que nos cuidara, pero solo encontraba periódicos viejos,
cajas empolvadas y cosas raras como dagas, cuchillos, frascos con pedazos de
carne podridos dentro y amarrados con una especie de listones.
Me armé de
valor y entré al cuarto de Cleotilde, al que teníamos estrictamente prohibido
entrar, ahí fue cuando comprobé todo, estaba lleno de velas negras símbolos muy
raros que no entiendo, salí corriendo y me escondí en la cama rezaba y rezaba,
hasta que amaneció. “Glorifica mi alma al señor y mi espíritu se llena de gozo
al contemplar la bondad de dios mi salvador”.
Pasaron
otras dos semanas y ya no podía más, Lucy lloraba todas las noches de tanto que
extrañaba a mis papás, recuerdo sus manitas que me tocaban la cara, la última
noche escuché como Cleotilde salía del apartamento, no puso seguro de nuevo a
la puerta y decidí a sumarme como la otra vez, estaban todas esas mujeres en
medio de la oscuridad, la mayoría traía velas negras encendidas me di cuenta de
que una de ellas, me miraba desde unos 20 metros, luego otra y otra todas me
veían, y empezaron a caminar hacia el apartamento, venían por mí
Estaba
aterrada, por un momento me privé, me quedé sin poder moverme intenté ir por mi
hermanita, pero no me respondían las piernas solo podía rezar, cuando por fin
ya pude moverme, sentí un golpe muy fuerte en la cabeza.
Cuando
desperté ya era de día, y estaba en la camioneta de mi papá, íbamos de regreso
a la casa y me sentía muy confundida, y lo más horrible de todo estaba por
venir. Cuando llegue a casa mi mamá me abrazó llorando le pregunté dónde estaba
Lucy y no me decía nada, solo se quedaban todos en silencio, yo le decía a mi
mamá que teníamos que regresar por Lucy.
Me llevaron
con muchos esfuerzos a un psicólogo y me decía que Lucy no era real, que era mi
imaginación me duele tanto que haya negado a mi hermana, me dolió por años, me
hacían sentir que yo estaba loca nunca, perdone a mis papás años después fui a
los apartamentos, y si existían, pero estaban vacíos para ese momento
Muchos años
más tarde a otra de mis hermanas le dio cáncer y en su lecho de muerte me dijo
que ella también recordaba a Lucy.
mala idea leerlo de noche 🐌😢
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